Por el influjo de la labia nos vemos inmiscuidos en problemas que no nos conciernen y en los cuales incidimos manteniendo distancias que creemos oportunas, hasta que nos damos cuenta, que aunque nosotros paremos, no querrá decir que ellos no se sigan moviendo, y cuando nos alcanzan, (porque siempre lo hacen) nos apalean con falacias y las palabras que con tanta labia soltamos, son como puñales que se vuelven en nuestra contra, y nos atacan dejándonos ser influidos y asesinados por las que teníamos como compañeras.
Era tarde y me dio por escribir, no le busquéis sentido, aunque lo tenga XD
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